“La tierra sembrada de flores” (significado de Xochimilco en náhuatl) está ubicada en el sureste de México Distrito Federal, la capital mexicana. Hablar del DF es hablar de una urbe enorme, en la que recorrer un barrio en coche puede llevarnos más de una hora dependiendo de las condiciones del tráfico (en general complicado), por lo que conviene planificar la visita a Xochimilco sin prisa, ya que podremos dedicar allí un día completo.

Lo más turístico es el lago y sus canales, donde nos esperan las trajineras (barcas usadas en aguas tranquilas con capacidad para unas 20 personas) con nombres de mujer y colores intensos, para disfrutar del entorno y, sobre todo, del ambiente, siempre festivo y gastronómico. Tienen una mesa central y sillas, además de zonas libres para ir de pie.

Se puede acceder a los canales desde distintos embarcaderos, en Nativitas (ahora Nuevo Nativitas), el más turístico, encontraremos restaurantes y puestos antes de entrar en los canales. Además, dentro de los canales, no faltarán ni los vendedores ambulantes en sus chalupas (embarcaciones más pequeñas) ofreciendo comida, bebida y flores, ni los mariachis que van de trajinera en trajinera amenizando a sus ocupantes (mexicanos y turistas). También puedes llevar tu propia comida, bebida y música en la trajinera por lo que el paseo puede resultar muy económico.

Las trajineras van recorriendo los canales entre chinanpas, que son pequeñas islas artificiales de la época prehispánica formadas a base de cieno sobre raíces de ahuejotes (un tipo de sauce) donde se plantan flores y se siembran legumbres. Estas islas fueron nombradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987.

Una ruta festiva en Xochimilco puede durar fácilmente 5 o 6 horas (si se pretende pasar el día comiendo, bebiendo y bailando en la trajinera), aunque 2 o 3 horas serán suficientes y suele ser lo habitual. Es interesante visitar la Isla de las Muñecas (una chinanpa llena de muñecas viejas y rotas colgadas en los árboles para ahuyentar al espíritu de una niña ahogada). Nuestra recomendación es dejarse llevar y mezclarse con los ocupantes de otras trajineras compartiendo risas, comida y experiencias.